3 de febrero
Miércoles IV
Salmo 102 Bendice alma mía al Señor
Siempre la bendición. Como actitud de vida. Que tanto me cuesta, aunque procure ejercer el arte de bendecir en tu nombre. Que mi corazón bendiga. Con sencillez, con humildad, como cauce tuyo. Que mi vida religiosa sean un bendecir proclamando tu bendición.
Autor: Nano SM
Religioso Marianista, sacerdote. Actualmente trabajo en la pastoral de un colegio en Madrid, precisamente donde estudié y sentí la llamada a la vocación religiosa.
Desde hace tres años escribo cada día un comentario a la Palabra de Dios, que me ayuda a encarnarla y a darla a los demás. De alguna manera participo en la misión de María, dando a Jesús, dando su Palabra.
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