4 de enero
Tiempo de Navidad
Jn 1, 35-42 Venid y lo veréis
Quiero ir a Belén, con los pastores, con los magos. Quiero ir a donde estás tú, acercarme a ti que te acercas, ofrecerme a Aquel que me ofrece su ser, adorar a Aquel que me adora y da su vida por mi. Quiero ir, voy, te veo, se alegra mi corazón, y mi carne calla y goza contemplándote, no hay santo como nuestro Dios, que se manifiesta en un niño pequeño, en una gruta escondida, en un lugar desconocido para el mundo aquel. Voy, veo, te encuentro porque me das alcance, permanezco en ti, me haces hijo, me ha tocado un lote hermoso, me encanta mi heredad.
Vengo te veo
te sigo por ti llego
al gran despertar
¡¡Con qué certezas nos acercas a Belén, Nano!!
Revivo en mi corazón la visita, me meto dentro del Misterio, quiero seguir en adoración.
Llévame al país donde el tiempo no existe, donde no hay vida ni muerte, donde los cerros resplandecen y las hojas bailan.
Llévame donde todo brilla y el sol no se pone, donde nada se mueve y todo fluye
Llévame allí donde en medio de todo estamos solos.