27 de febrero
Lunes I de cuaresma
Mt 25, 31-46 Venid a mi, benditos de mi padre
Aunque no lo sepa estas en el hambriento, en el sediento, en el forastero, en el desnudo, en el enfermo, en el preso…y cada vez que me acerco a él, aunque no me de cuenta, me estás acercando a ti y me estás dando tu vida, un manantial de vida, que me vivifica y me hace ser más humano.