5 de marzo
Domingo II de cuaresma
Gn 12, 1-14 Sal de tu tierra
Solo fuera de mí, del territorio que conozco, donde me siento seguro, solo obedeciendo tu palabra y yendo a donde nunca puede imaginar que iría, solo siguiéndote por sendas que no conozco, puedo contemplar el resplandor de tu gloria y transfigurarme en ti, contigo.