24 de febrero
Viernes después de ceniza
Is 58, 1-9 Hospeda a los pobres sin techo
Este es el ayuno que tú quieres. Que sea misericordioso como tú eres misericordioso, que no me cierre a mi propia carne en la carne del pobre, que no me desentienda de los míos, que son lo pequeños, tus predilectos. Harás surgir tu luz como aurora, curarás las heridas de mi egoísmo, marchará delante de mi tu gloria y me guiará por caminos de salvación.