Odres viejos

2 de septiembre
Viernes XXII

Lc 5, 33-39 Nadie echa vino nuevo en odres viejos

Los odres viejos de nuestra vida, de nuestras seguridades, de nuestras zonas de confort…el vino nuevo que tu gracia nos da, me da, continuamente. Recibo de ti la novedad diaria que me llama, me impele, me mueve a vivir confiadamente, sin estar pendiente de mi querer e interés. Y en ello se desgrana la vida. Que una vez más, en este inicio, pongo en tus manos, para que tu realices tu obra prodigiosa en mí…