De vivos

20 de noviembre
Sábado XXXIII

Lc 20, 27-40 No es Dios de muertos, sino de vivos

Para eso has venido y te has hecho carne, para que tengamos vida y vida abundante. Así nos bendices cada día, alientas nuestra existencia, nos mantienes en tu presencia, a tu servicio. Eres un Dios que quieres la vida, no la muerte; la salvación, no la condenación; un Dios que en el aprieto nos das anchura; ayúdame a actuar como tú. Danto vida, vivificando, ofreciendo espacios de sanación, de salvación, en el nombre de tu misericordia.