Amor V

4 de noviembre
Jueves XXXI

Rm 14, 7-12 Si vivimos vivimos para el Señor

Y en medio de tanto embrollo retórico teológico con que Pablo adorna su carta a los romanos, de pronto, esas frases que siempre están asaeteándome como una flecha directa al corazón, penetrando en mi cuerpo ya vulnerado: ninguno de vosotros vive para si mismo, ninguno muere para sí mismo. Si vivimos vivimos para el Señor; si morimos morimos para el Señor. En la vida y en la muerte somos del Señor.