Final adviento

24 de diciembre
Viernes IV de adviento

II Samuel 7, 1-5. 8-12.14-16 Te pondré en paz con tus enemigos

Vas a nacer en una tierra, Señor, que está en guerra permanente, que quiebra los procesos de paz, que no escucha tu deseo de que haya paz en la tierra y la paz que es fruto de tu presencia entre nosotros, de tu Reino, de tu Gloria. No te recibimos, no tienes morada entre nosotros, no se puede reconstruir el templo para que lo habites mientras no haya paz. Te ruego por la paz entre el Estado Palestino y el estado de Israel. Paz, Señor, dales el don de tu paz.

Salmo IV

23 de diciembre
Jueves IV de adviento

Salmo 24 Señor, enséñame tus caminos…

…instrúyeme en tus sendas, haz que camine con lealtad, enséñame porque tú eres mi Dios y salvador. El Señor es bueno, enseña el camino a los pecadores, hace caminar a los humildes con rectitud, enseña el camino a los humildes. Dame humildad para caminar en tu verdad, Señor. Tú eres el camino, la verdad y la vida.

Adviento XI

22 de diciembre
Miércoles IV de adviento

1 Sam 2 Mi corazón se regocija por el Señor

Mi corazón se regocija, mis entrañas se alegran, y alma proclama tu grandeza, me dices, levántate, amada mía, ven a mí, que voy a ti ,te gozas y te complaces en mi, Señor, en mi pobreza visitada, en este gozo encuentro mi fortaleza y me recreo en ti, me alegro con júbilo eterno, el poderoso ha hecho obras grandes por mi.

Adviento X

21 de diciembre
Martes IV de adviento

Cantar 2, 8-14 Oíd que llega mi amado

Ya llega el eco de su presencia, el rumor de tu venida, ya resuenan los pies del mensajero que anuncia la paz. Ya llegas, Señor, saltando  sobre los montes, brincando como un cervatillo, y yo salto y brinco de gozo, y todo se me llena de contento, y bailo y danzo con tu salvación, qué alegría la de nuestro Dios, ha pasado el invierno, las lluvias han cesado, brotan flores en la vega, llega el tiempo…

Isaías IX

20 de diciembre
Lunes IV de adviento
Is 7, 10-14 Le pondrá por nombre Enmanuel,

Dios con nosotros. ¿Cabe más en menos? En casi nada, todo. En el tiempo, la eternidad. En el espacio, el infinito que se manifiesta. En un niño. Que ya viene. Que ya nos alcanza. Que ya hace presente la salvación. Que te acoja de verdad, Señor. Entra en mi vida y aposéntate.

Isaías VIII

19 de diciembre
IV domingo de adviento

Is 7, 10-14 Mirad, la virgen está encinta y da a luz un hijo

Esta es la señal, que ya hemos recibido. La Virgen da a luz. La Virgen nos da la luz, Tu luz, Señor, el fruto bendito del vientre de la Virgen eres Tú, Jesús. La madre nos acerca al Hijo, acerquémonos a la madre para recibir el don de Dios. La llena de gracia nos alcanza tu salvación. Gracias, señor.

Salmo III

18 de diciembre
Sábado III de adviento
Salmo 71 El librará al pobre que clamaba

Voy a escuchar con esperanza de adviento estas palabras, Señor, y tras dejar que se reposen mansamente en mi corazón, tras endulzarme el paladar, me remuevan por dentro y me hagan preguntarme ante ti pobre, por mi vida y los pobres: “El librará al pobre que clamaba, al afligido que no tenía protector: el se apiadará del pobre y del indigente y salvará la vida de los pobres.”

Salmo II

17 de diciembre
Viernes III de adviento

Salmo 71 Que en sus días florezca su justicia

Florecerá, Señor, tu justicia y tu paz como florece un prado en mayo. Ahora el invierno lo cubre todo una capa helada, pero florecerá, tu justicia, tu paz, tu verdad, tu belleza, la unicidad de tu ser derramado en todas tus criaturas, y mis huesos resecos se alegrarán, y bailarán y cantarán de tanto gozo, porque todas mis fuentes están en ti. Y el mundo se maravillará de tu bondad y tu misericordia hecha carne, ofrecida.

Isaías VII

16 de diciembre
Jueves III de adviento
Is 54, 1-10 Ensancha el espacio de tu tienda

Eso me dices, señor, por boca del profeta, enancha el espacio de tu tienda, para que pueda habitarte, llenarte, darte plenitud, colmar todo el vacío que hayas preparado para mí. Tú Ensancha, ensancha hasta que parezca que vas a reventar, despliega sin miedo tus potencialidades, alarga tus cuerdas, hinca bien tus estacas, pues entro en ti, para hacerte mío y salvarte.

Isaías VI

15 de diciembre
Miércoles III

Is 45, 6-8b Yo soy el Señor y no hay otro

¿Para qué seguir buscando una frase cuando, de entrada, me pones ante la realidad suprema de tu ser, creador, Señor y dador de vida? Yo soy el Señor, y no hay otro; artífice de la luz, creador de las tinieblas, autor de la paz. El Señor de mi vida y de mi muerte. Un Dios justo y salvador. A ti, Señor mi Dios, deseo amarte con todo mi corazón, contadas mis fuerzas, con toda mi alma.