Isaías V

10 de diciembre
Viernes II de adviento

Is 48, 17-19 Si hubieras atendido a mis mandatos sería tu paz como un río

Tú me enseñas para mi bien, me guías por el sendero justo, por el honor de tu nombre. Tú, Señor, me conduces hacia fuentes tranquilas. Pero me cuesta creerlo, asimilarlo vitalmente, nutrirme de la certeza de que atendiendo a tus mandamientos mi paz sería como un río. Incluso me gustaría desprenderme incluso de la promesa, y solo amarte por ti, que eres la paz.