17 de diciembre
Viernes III de adviento
Salmo 71 Que en sus días florezca su justicia
Florecerá, Señor, tu justicia y tu paz como florece un prado en mayo. Ahora el invierno lo cubre todo una capa helada, pero florecerá, tu justicia, tu paz, tu verdad, tu belleza, la unicidad de tu ser derramado en todas tus criaturas, y mis huesos resecos se alegrarán, y bailarán y cantarán de tanto gozo, porque todas mis fuentes están en ti. Y el mundo se maravillará de tu bondad y tu misericordia hecha carne, ofrecida.
¡¡Señor, hoy como ayer el mundo te necesita!! Seguimos viviendo en la inopia, ignoramos tanto sufrimiento, nos conformamos con estar bien nosotros.
Yo te pido perdón por no ser más tenaz, por no proclamar a los cuatro viento que no hay justicia, por acomodarme. Con todo mi corazón te digo
¡¡Ven, Señor, rey de justicia y de paz!!