Orar

14 de diciembre
III Domingo de Adviento

1 Ts 5, 16-24 Sed constantes en el orar

Invitación, mandato, que nos haces en este adviento para preparar tu venida. Oración que es encuentro en intimidad contigo, que es gratuidad sin medida, que es buscarte solo a ti en ti y por ti, que es acogerte, hacerte seno en mi. Como María, que recibió tu Espíritu y desbordó de gozo, que proclamó la buena noticia a los que sufren, que dio gracias en toda ocasión…orar como María, tu madre, Señor, que sigue orando por nosotros, pecadores.

Tu nombre

13 de diciembre
Sábado I de adviento

Salmo 79 Danos vida para que invoquemos tu nombre

Tu nombre, Dios con nosotros, Dios cercano, Mesías, Señor, Buen pastor; tu nombre, Santo de Israel, Hijo de Dios, Redentor, Salvador, Cristo;  tu nombre de misericordia,  de verdad, de libertad de justicia, de paz tu nombre, que se hizo Palabra y puede ser pronunciado por nuestra boca: amor mío, rey mío, dulce Jesús. Por vos tengo la vida, por vos he de morir. Invocando tu nombre.

 

 

 

Por tu bien

12 de diciembre
Viernes I adviento

Is 48, 17-19 Así dice el Señor

Yo, el señor, tu Dios, te enseño para tu bien, te guío por el camino que sigues. Si hubieras atendido mis mandatos, sería tu paz como un río….

Atender a tus mandatos, Señor, realiza y da plenitud a mi vida, me hace caudal de paz; atender a tus mandatos, Señor, estar atento a tu voluntad en mi vida, me hace fecundo. Y me mueve a ser testigo tuyo, anunciando la paz a los hombres y mujeres que tú amas.

Siempre con nosotros

11 de diciembre
Jueves I de aviento
Is 41, 13-20 No los abandonaré

Siempre estás con el pobre y el abatido, pues te has hecho pobre y has sido abatido por nosotros. Siempre estás cercano, pues has compartido la condición humana, y has sabido lo que es el abandono, la injuria, la calumnia, la opresión. No nos abandonarás en nuestra sed de Ti, pues has pasado sed y e has sentido abandonado por el mismo Dios. No nos abandonarás y por eso nos alegramos con el Señor, con el santo de Israel, que ya viene, ya está cerca.

Al cansado

0 de diciembre
Miércoles II de adviento
Is 40, 25-31 El da fuerza al cansado, acrecienta el vigor del inválido

Así eres tú, Señor, nuestro Mesías, nuestro Salvador, nuestro restaurador. Así nos sigues llamado a los que estamos cansados y agobiados, pues tú nos aliviarás. Así llegas, como aquél que en la debilidad renuevas las fuerzas, las fuerzas de los que esperamos en Ti, aunque sigamos siendo débiles.  Así llegas, para darnos alas de águila, para que corramos sin cansarnos, marchemos sin fatigarnos, siguiéndote a ti. Que llegas, que ya estás.

Aquí está Dios

9 de diciembre
Martes II adviento

Is 40, 1-11 Aquí está vuestro Dios

Alza fuerte la voz. Proclama, exhorta, llama,  invita  a mirar a escuchar, a contemplar que ya llega, ya está cerca, ya viene nuestro Dios. Alza la voz para que cada uno de nosotros comencemos a enderezar lo torcido, a igualar lo escabroso de nuestra vida. Pues tú, Señor, quieres transitar por nuestra vida y  necesitas el camino de nuestro amor.

Inmaculada

8 de diciembre
Inmaculada Concepción

Gn 3, 9-15.20 …por ser la madre de todos los que viven.

Tu madre, Señor, la nueva Eva, nuestra madre. Donde sobreabundó el pecado sobreabunda la gracia. Maria, irreprochable ante ti por el amor. María, en la que desborda la gloria de tu don. María, que resume el deseo y la búsqueda de Dios de todo el género humano. María que nos muestra, desde su sencillez, la vocación a la que somos llamados: la santidad. María Inmaculada: tu madre, nuestra madre. Gracias por la Virgen María.

Preparad el camino

7 de diciembre
II Domingo de Adviento
Is 40, 1-5.9-11 En el desierto preparadle un camino al Señor

Preparad el camino…es el grito de los profetas, de Isaías, de Juan el Bautista…Preparad el camino en  el desierto, en donde solo hay aridez, donde aparentemente no hay fecundidad. Ahí, Señor, en los desiertos de la vida, de nuestra sociedad, en lo áspero, en lo árido, hay anunciar tu llegada, hay que prepararte un camino. A ti, que eres el verdadero camino de la vida, el único vergel.

Tus ojos verán

6 de diciembre
Sábado I de adviento
Is 30, 19-21.23-26 Tus ojos verán a tu maestro

Así es. Desterradas las lágrimas de la mirada, limpia y purificada por la claridad de tu presencia, los ojos podrán ver, y reconocerte en el camino de la vida, en la lluvia que das para la semilla, en el grano de la cosecha, en los ganados que pastan en las praderas, en los ríos y en los cauces de agua, en medio de la ciudad, del asfalto, de las calles bulliciosas. Tu luz, Señor, hará ardiente mi mirada y, sin saber cómo, te veré en medio del todo y de la nada. Mis ojos verán a mi maestro. ¡Ven, Señor, Jesús!

 

Alegría del oprimido

5 de diciembre
Viernes I de adviento
Is 29, 17-24 Los oprimidos volverán a alegrarse con el Señor…

…los pobres gozarán con el santo, porque se acabó el opresor. Escucho tu palabra, Señor, y me pregunto cómo puedo ser instrumento tuyo para que se cumpla lo que tu palabra anuncia y promete. Acabar con el opresor, aniquilar para a los despiertos para el mal…¿empiezo por mí mismo, desterrando con tu ayuda, el mal de mi vida. ¿Proclamo tu misericordia y la actúo en mi vida? ¿Devuelvo a los demás lo suyo para que recobren la alegría de tu salvación?