Por tu bien

12 de diciembre
Viernes I adviento

Is 48, 17-19 Así dice el Señor

Yo, el señor, tu Dios, te enseño para tu bien, te guío por el camino que sigues. Si hubieras atendido mis mandatos, sería tu paz como un río….

Atender a tus mandatos, Señor, realiza y da plenitud a mi vida, me hace caudal de paz; atender a tus mandatos, Señor, estar atento a tu voluntad en mi vida, me hace fecundo. Y me mueve a ser testigo tuyo, anunciando la paz a los hombres y mujeres que tú amas.

Un comentario en “Por tu bien”

  1. No hay un maestro como nuestro Dios, que nos enseñe para nuestro bien, no lo hay.
    Señor, Tú eres mi Maestro y yo quiero atender a tus mandatos: aprender de tus palabras, hacer tu voluntad, seguirte junto a mis hermanos. ¡Hay que ver, Señor, cómo enseñas!, paciencia sin límites, amor que renueva, debilidad por el pobre, alegría que desborda… Instrúyeme Maestro en tu pedagogía, que yo pueda enseñar también para el bien de mis alumnos.

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