27 de septiembre
Jueves XXV
Ecl 1, 2-11 ¡vanidad de vanidades, todo es vanidad!
Todas las cosas cansan, y algunas mucho más, y nadie es capaz de explicarlas. Solo en ti descansa mi alma, Señor, y tampoco soy capaz de explicarlo. Pero es verdad. No se sacian mis ojos de verte, ni mis oídos de oírte. Por la mañana sáciame de tu misericordia, y toda mi vida será alegría y júbilo.
Autor: Nano SM
Religioso Marianista, sacerdote. Actualmente trabajo en la pastoral de un colegio en Madrid, precisamente donde estudié y sentí la llamada a la vocación religiosa.
Desde hace tres años escribo cada día un comentario a la Palabra de Dios, que me ayuda a encarnarla y a darla a los demás. De alguna manera participo en la misión de María, dando a Jesús, dando su Palabra.
Lee todas las entradas de Nano SM
Y tenía ganas de verte
y tantas ganas tenía
que pasaba noche y día entretenida en buscarte
y lo vano sucedía
sucedía tan deprisa
que la vida terminaba como termina el día
más un día ¡ay qué día! el que viniste a buscarme
la noche se hizo día y el día ya no termina
Qo 1, 2-11 ; Lc 9, 7-9