Tú sabes que te quiero

9 de mayo
Viernes VII de Pascua
Jn 21,15-19  Sí, Señor, tu sabes que te quiero

Por tres veces le preguntas a Pedro, que te negó tres veces, y por tres veces escuchas la misma confesión de amor, desde un corazón sanado de su culpa por tu mirada de misericordia: Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Tú, sabes, Señor, que te quiero, y quiero decírtelo desde el amor de tu madre, que sin palabras te manifestó, con cada latido de su ser que te lo daba, la prueba de su amor. Sí Señor, tú lo sabes. Sabes lo pobre que es mi amor, pero sabes que te quiero y que no nací sino para quererte.

 

 

Potégeme

8 de mayo
Jueves VII de Pascua

Salmo 15 Protégeme Dios mío, que me refugio en ti

Este salmo, que rezamos antes de entrar en la noche, es un regalo tuyo, Señor, que hace las delicias del corazón que reza. Tu Espíritu abre todos los poros de mi ser y mueve mis labios para decirte, como hizo María con estas mismas palabras, que tú eres el lote de mi heredad y mi copa, que mi suerte está en tus manos. Que en Ti se alegra mi corazón y se gozan mis entrañas. Que me enseñas el sendero de la vida, me sacias de gozo en tu presencia, de alegría en Ti, Señor.

En sus manos

7 de mayo
Miércoles VII de Pascua
Hechos 20, 28-38 Os dejo en manos de Dios y de su palabra de gracia

Al despedirse de la comunidad de Éfeso, Pablo les dice esta frase. Te doy gracias, Señor, por todas las personas que me han puesto en tus manos, que me han acompañado hasta ti, que han rezado por mi, que han proclamado tu palabra de gracia para que la escuchara y abriera mi vida, como hizo María, a tu voluntad. Gracias, Señor, por todos los que me han evangelizado y lo siguen haciendo. Gracias por tu Espíritu, por  tanta vida tuya como recibo a través ellos.

Solo se…

6 de mayo
Martes VII de Pascua
Hechos 20, 17-27 No se lo que me espera allá, solo se que el Espíritu Santo me asegura…

A Pablo le asegura cárceles y luchas, persecuciones en su tarea de anunciar el evangelio. Si yo tuviera que completar la frase, Señor, ¿qué diría que me asegura tu Espíritu Santo? Puedo decir, creyendo, que me asegura tu impulso, tu ánimo, tu fortaleza, tu sabiduría, tu luz, tu consuelo,  tu descanso, tu gozo, tu riqueza,  tu calor, tu guía, tu bondad, tu…Puedo decirlo pero aumenta mi poca fe, aumenta la presencia de tu Espíritu en mi vida…que lo sepa acoger como hizo María.

Sin noticias

5 de mayo
Lunes VII de Pascua
Hechos 19, 1-8 Ni siquiera hemos oído hablar de un Espíritu Santo

Los cristianos de Éfeso, Señor, no sabían ni de la existencia de tu Espíritu. Y es tras la pregunta de Pablo, y tras la imposición de manos, cuando caen en la cuenta de la fuerza de tu Espíritu, que mueve a la evangelización. Haznos también conscientes a nosotros, Señor, de tu Espíritu de amor, que nos mueve, que nos envía. De tu Espíritu, que descendió sobre el seno de María y te hizo carne en nuestra carne,  en nuestro mundo.

La ascensión

4 de mayo
La Ascensión del Señor

Hechos 1, 1-11 ¿Qué hacéis ahí plantados, mirando al cielo?

El reproche es claro y contundente: no miréis al cielo, ni asombrados ni entristecidos. No miréis al lugar por donde ha desaparecido Jesús, no perdáis el tiempo plantados en una vaga contemplación de lo que ha sido…Y resuenan, como contrapunto, las palabras de la Pascua: id a Galilea, a vuestra vida corriente, allí le veréis. Allí recibimos tu Espíritu Santo, allí nos das la fuerza para ser tus testigos hasta los confines del mundo.

Felipe y Santiago

3 de mayo
San Felipe y Santiago, apóstoles
¡ Cor 15, 1-8 Lo primero que yo os transmití
Transmitir, como los apóstoles, lo que hemos recibido. Anunciar y proclamar el núcleo de la fe, el kerygma, la buena noticia de la salvación, la certeza de que tú, Señor, eres el Salvador. No hacer opaca, con nuestra palabra, nuestro razonamientos, nuestros sentimientos, la claridad de tu presencia viva y vivificante, que se ofrece también hoy a los hombre y mujeres de nuestro mundo. Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; fue sepultado y resucitó al tercer día; después se apareció. Transmitir lo recibido por el don de la Iglesia.

Tristeza y alegría

2 de mayo
Viernes VI de Pascua
Jn 16, 20-23 Vuestra tristeza se convertirá en alegría

¿Cuándo, Señor? Porque hay tanta tristeza en el mundo que pesa y cae. Porque hay tantos rostros tristes, tantas miradas que no ven ningún horizonte, tantos corazones reventados de llanto, que parece que el dolor apaga la capacidad de esperar esa conversión que nos anuncias. En nombre de tantos entristecidos del mundo nos llamas. Y por eso tu Espíritu nos viene, hoy mismo, a impulsar para que llevemos la alegría de la salvación a los que habitan en tinieblas y sombras de muerte.

José obrero

1 de mayo
San José, obrero

 Mt 13, 54-58 ¿No es el hijo del carpintero?

¿No es Jesús el hijo del artesano? ¿No es Jesús el hijo del que trabaja con sus manos? ¿No es Jesús el hijo del obrero de la construcción? ¿No es Jesús el hijo del de mantenimiento? ¿No es Jesús el hijo del que en esta época de crisis está en paro y ya no puede trabajar? ¿No es Jesús el que nos enseña la sabiduría de su Padre, recibida al realizar un trabajo sencillo con José? ¿Entonces, por qué buscamos donde no le vamos a encontrar?

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30 de abril
Martes VI de Pascua
Hechos 17, 22 ss. Eso que veneráis sin conocerlo, os lo anuncio yo

Pablo, en Atenas, se encuentra con un altar con esa inscripción: “Al Dios desconocido”. Y comienza a decir a los atenienses la frase que he elegido para hoy. Porque hace falta preguntarse qué veneran nuestros contemporáneos que pueda darnos pie para anunciar al Señor del cielo y de la tierra. Tenemos que preguntarnos como podemos mirar a nuestra sociedad con ojos de evangelizador, cómo podemos entrar en diálogo con ella para, desde lo que ella venera sin conocer, mostrar el rostro cercano de un Dios al que adorar.