Tu hacedor

25 de septiembre
Sábado XXV
Qo 11, 9-12, 8 Acuérdate de tu hacedor

Acuérdate de tu creador, de quien te hizo y te constituyó. Acuérdate de quien es el origen de toda vida. En los momentos de plenitud y de escasez, en los momentos de alegría y de tristeza, en los momentos de esperanza y de depresión, en cada momento de tu existencia, vuelve a la raíz de todo, al origen de tu vida, para, y en toda circunstancia, hallar plenitud en el Señor, tu Dios y tu creador, tu hacedor.

Sazón

24 de septiembre
Viernes XXV

Qo 3, 1-11 Todo tiene su tiempo y su sazón…

Tiempo de nacer, tiempo de morir, tiempo de plantar, tiempo de arrancar, tiempo de derruir, tiempo de construir, tiempo de llorar, tiempo de reír, tiempo de abrazar, tiempo de desprenderse…¿En qué tiempo estoy ahora yo? ¿Cómo vivo mi tiempo en tu presente, Señor? Tú entras en mi historia cotidiana, Señor, y la haces tiempo de salvación.

Vanidad

23 de septiembre
Jueves XXV

Qo 1, 2-11 Vanidad de vanidades, todo es vanidad

Aplastante. El autor del Qohelet nos muestra la fugacidad de la vida. Es tu Palabra que nos muestra que en polvo y viento gastamos nuestras fuerzas. ¿Qué saca el hombre de todas las fatigas que lo fatigan bajo el sol? Todas las cosas cansan y nadie es capaz de explicarlas. Nada hay nuevo bajo el sol. Todo es vanidad. ¿Entonces qué? ¿Qué en mi vida? Dejo la pregunta, y la respuesta, ante Ti, Señor.

Sin nada

22 de septiembre
Miércoles XXV

Lc 9, 1-6 No llevéis nada para el camino

Este es el equipaje del peregrino, del discípulo que es enviado para proclamar el Reino de Dios: no llevar nada. Renuncia absoluta, abandono total, confianza infinita en ti, Señor, y en tu providencia. De una actitud así procede toda la fuerza de quien se sabe solo en ti y solo aspira a ti, pues tú eres su todo. Ayúdame, Señor, a ir ganando en esta actitud cada día.

San Mateo

San Mateo
21 de septiembre

Ef 4, 7.11-13 Os pido que andéis como pide la vocación que tenéis

Tú llamas a tus apóstoles a ser en Ti otros cristos en medio de nuestro mundo, a unirse tanto a ti que participen de tu ser y porten tu salvación. Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor, esforzaos por mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Son consejos que nos da Pablo. Que todo esto sea verdad en mí, Señor, con la ayuda de tu gracia.

Un favor

Lunes XXV
20 de septiembre

Pr 3, 27-34 No niegues un favor a quien lo necesita, si está en tu mano

Abrirme a las necesidades de los demás, Señor. Estar atento, despierto, con los ojos y el corazón abierto a las necesidades de los que me rodean, de los hombres y mujeres de nuestro mundo. Contemplando el mundo viste las necesidades de la humanidad y dijiste en el seno de la Trinidad: “Hagamos redención”, llevemos salvación. Así comienza la encarnación.  Que se hace detalle cada día con los más cercanos. Que transmita siempre tu salvación.

Lo primero

Domingo XXV
19 de septiembre

1 Tm 2, 1-8 Te ruego, lo primero de todo, que….

¿qué es lo que ruega Pablo a la comunidad, antes que nada? ¿A qué le concede prioridad? ¿qué es  lo que yo diría, qué es lo que yo rogaría, lo primero de todo?
Pablo nos dice “Te ruego, lo primero de todo, que hagáis oraciones, plegarias, súplicas, acciones de gracias por todos los hombres…” Es lo que hago ahora mismo ante ti, Señor, ponerme en oración, rogarte, agradecerte, alabarte.

Cuerpo resucitado

18 de septiembre
Sábado XXIV

1 Co 15, 35-37 ¿Y cómo resucitan los muertos?¿Qué clase de cuerpo traerán?

Es una pregunta que tantas veces nos hacemos, Señor. Queremos saber con categorías humanas, queremos tenerlo todo claro, controlarlo todo…y dudamos o…Pablo no nos da si no una imagen para abrir nuestro corazón al misterio: al sembrar no siembras lo mismo que va a brotar después. La semilla no es la planta.
Somos granos corruptibles, miserables, débiles…sembrados en la muerte. Resucitaremos incorruptibles, gloriosos, fuertes. Aumenta nuestra fe.

 

Resurección de los muertos

17 de septiembre
Viernes XXIV

1 15, 15-20 ¿Cómo es que dice alguno de vosotros que los muertos no resucitan?

Continuemos hoy con el núcleo de la fe. Si los muertos no resucita, tampoco Cristo resucitó, y si Cristo no ha resucitado nuestra predicación  carece de sentido, y vuestra fe lo mismo.

Creo en la resurrección de los muertos. Aumenta mi pobre fe, Señor.

Kerygma

16 de septiembre
Jueves XXIV

1 Co 15, 1-11  Os recuerdo el evangelio que os proclamé…

Volver a pasar por el corazón, hoy, la verdad del primer anuncio del evangelio: Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras;  fue sepultado  y resucitó al tercer día, según las Escrituras.

Es la verdad que nos funda,  que nos salva. Que no se malogre nuestra fe en Ti, Señor.