Dime una palabra

15 de junio
Lunes XI

Mt 5, 38-42 No hagáis frente a quien os agravia

Me pongo a escuchar el Sermón de la Montaña, Señor, como si lo estuvieras pronunciando ahora, por primera vez, para mí. ¿Qué me quieres decir con no hacer frente al que me agravia? ¿Que no me defienda? ¿Que no guarde rencor? ¿Que perdone y olvide? ¿Que calle? ¿Qué haga como tú, siervo, varón de dolores, que enmudecido no abrías la boca?

14 de junio
Cuerpo y Sangre de Cristo
Mc 14, 12-16.22-26 Tomad esto es mi cuerpo

Nos das tu cuerpo. Con una medida generosa, remecida, rebosante.  La acequia de tu entrega va llena de agua, de tu fuente brota la vida. Sin fin. Nos das tu cuerpo, te das. Cos colocas junto a ti, te acercas para alimentarnos. Preparas una mesa, tu copa rebosa. Abres  tú las manos y nos sacias con tu ternura. Con tu cuerpo y con tu sangre. Gracias, Señor Jesús.

 

13 de junio
San Antonio de Papua
2 Co 5, 14-21 Hermanos, nos apremia el amor de Cristo

Si duda, Señor, San Antonio de Padua vivió apremiado por tu amor. Y tu amor rebosó con su vida, con su predicación, son su sencillez, con la claridad que te hizo presente en medio de nuestro mundo.  San Antonio que hizo carne la frase de Pablo: Cristo murió por todos para que los que viven ya no vivan para sí, sino para el que murió y resucitó por ellos.

12 de junio
Viernes X
2 Co 4, 7-15 El tesoro lo llevamos en vasijas de barro

Cuanta verdad hay en esta afirmación, en la que Pablo muestra su propia fragilidad, su propia verdad. Y también la tuya y la mía. Debilidades, limitaciones, pobrezas personales e institucionales. Con ellas cuentas, Señor, para que se vea que una fuerza tan extraordinaria procede de ti y no proviene de nosotros. Todo par tu gloria.

11 de junio
San Bernabé apóstol
Salmo 97 Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios

Tu victoria, Señor, sobre el mal y la muerte. Tu victoria, enraizada en una vida llena de misericordia y perdón, cercana a los pobres y necesitados. Tu victoria, que anuncia la liberación a los oprimidos, el consuelo a los afligidos. Tu victoria, que es transmitida por los apóstoles, los misioneros y misioneras, que van hasta el confín de la tierra. A toda la tierra alcanza el pregón de tu evangelio. Gracias por ellos.

10 de junio
Miércoles X

2Co 3, 4-11 Nuestra capacidad nos viene de Dios

Reconocerme, Señor, obra de tus manos; criatura tuya; aceptar el don que me has dado de ser creado a tu imagen y semejanza, revestido de la dignidad que has dado a todo ser humano, Y desde ahí, con verdad y agradecimiento, reconocer que la capacidad de ser y actuar me viene de ti. Y evitar la vanagloria de creerme el Señor y gestor de mi propia vida. Que está en tus manos.

9 de junio
Martes X

Mt 5, 13-16 Vosotros sois la sal de la tierra, vosotros sois la luz del mundo

Y esto es lo que quieres de nosotros, después de reconocer que en ti somos sal y luz: alumbre vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro padre que está en el cielo. Darte gloria al Padre, Señor, es el fin, el principio y fundamento de nuestro ser hoy, de nuestro actuar en las mil tareas que nos depare este día.

8 de junio
Lunes X

Mt 5, 1-12 Dichosos….

Es bueno, y saludable, recordar de vez en cuando las bienaventuranzas, para que no se me olvide, en medio de las paradojas de la vida, que tú me ofreces la paradoja máxima de la felicidad en la pobreza de espíritu, en la pureza de corazón, en el llanto que será consolado…Tú, Señor, que sacias con tu misericordia y siempre abres la realidad a la felicidad de tu don. Gracias.

7 de junio
Santísima Trinidad

 

Dt 4, 32-34.39-40 Reconoce y medita en tu corazón que el Señor es el único Dios

Eres Dios Padre de amor, Dios Hijo de misericordia, Dios Espíritu Santo que mueves a la comunión en las entrañas de la misma divinidad. A ti, Señor, único Dios, comunidad de amor, adoro y, humildemente, en esta mañana de fiesta, admiro y contemplo. Guardo en mi corazón la maravilla de tu manifestación como Dios, que es todo salvación, en el Padre que ofrece al Hijo, en el Hijo que da su don.

6 de junio
Sábado IX

Tb 12, 1-5-15-20 Más vale la oración sincera y la limosna generosa….

No necesitan un segundo término de la comparación. La oración sincera y la limosna generosa son un bien, y nos benefician. Son fruto tuyo en nuestro ser. Acercarnos a ti, que te acercas a nosotros, y estar en intimidad de amor contigo, en el silencio, en tu misterio. Y darnos como limosna y entrega para el que lo necesita.