Templo de Dios

9 de noviembre
Nuestra Señora de la Almudena

1Co 3, 9-11.16-17 Sois edificio de Dios
En Madrid nuestra Señora de la Almudena.  Virgen de la ciudad, virgen fecunda. La que te pone, Señor, entre nosotros. Templo del Espíritu Santo. En la Iglesia universal, Señor, hoy la dedicación de la basílica de Letrán. En cualquier caso pones tu morada entre nosotros, plantas tu tienda en nuestra tierra, te haces presentes, nos acompañas en la historia. María, la Iglesia. Madre de la Iglesia, ruega por nosotros.

11.09

La viuda

8 de noviembre
Domingo XXXII
Mc 12, 38-44 Ha echado todo lo que tenía para vivir

Dar algo; darte mi vida. Poseer algo; desposeerme por ti, para ti; entregarte lo necesario para vivir. Con una generosidad que no conozco; con una confianza que admiro. Dar hasta que duele el dar. Darte Señor, darte como tu me das, dar de lo que tú me das, dar sin reservas, sin condiciones, sin esperar nada a cambio. Todo lo recibimos gratis de Ti y nos llamas a darlo gratis.

 11.08

Fiar en lo menudo

7 de noviembre
Sábado XXXI
Lc 16, 9-15 El que es de fiar en lo menudo, también en lo importante es de fiar

La vida llena de pequeñas cosas. Que entretejen el día a día con la madeja de la realidad cotidiana. En lo pequeño te están manifestando. Como en la suave brisa. En lo menudo descubriéndote, confiando en ti. En lo menudo, yendo más allá de la apariencia, entrando a través de lo pequeño en lo grande. Cada segundo tiene dentro una puerta que abres Tú, Señor, a la vida eterna.

11.07

Mi acción

6 de noviembre
Viernes XXXI
Rm 15, 14-21 Mi acción consiste en anunciar el evangelio de Dios

A eso me llamas, Señor, a ser heraldo de tu evangelio, a proclamar la buena noticia de tu salvación, a tiempo y a destiempo. En todo momento. En mi debilidad, en mi pobreza, desde mi pecado. Llamado y bendecido a una misión que excede y traspasa mis fuerzas, que realizas tú en mi, que realizo por tu misericordia, con la fuerza de tu gracia. En tus manos, Señor.

11.06

Para sí mismo

5 de noviembre
Jueves XXXI
Rm 14, 7-12 Ninguno de nosotros vive para sí mismo

Si vivimos, vivimos para el Señor. Mi vida en Ti, Señor Jesús. Desde el momento de su concepción. Como don de amor. Desde que me levanto, y abro los ojos a la vida, hasta que me acuesto y cierro los ojos para resucitar a un nuevo día. En la vigilia y en el sueño. En todo momento. En cada latido del corazón. En cada respiración. Sea o no consciente, vivo de tu amor. Si vivo, vivo para Ti, Señor.

11.05

Renunciar

4 de noviembre
Miércoles XXXI
Lc 14, 25-33 El que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío

Me gustaría pedirte; señor, que me hicieras renunciar solo a unos pocos bienes, a los que puedo prescindir más fácilmente, a los que no dejan de ser anécdotas superficiales en mi vida, a los que no presto mayor consideración o importancia. Sin embargo Tú pides todos los bienes, me pides a mí mismo para seguirte, un día más. ¿Qué te ofrezco hoy?

11.04

Caridad

3 de noviembre
Martes XXXI
Rm 12, 5-16 Que vuestra caridad no sea una farsa

Aborreced lo malo, apegaos a lo bueno. Como buenos hermanos, sed cariñosos unos con otros, estimando a los demás más que a uno mismo. En la actividad no seáis descuidados; en el espíritu manteneos ardientes. Servid constantemente al Señor. Que la esperanza os tenga alegres. Estad firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración.

Rumio tu Palabra hoy, Señor, la dejo ser en mi.

11.03

Difuntos

2 de noviembre
Conmemoración de los fieles difuntos
Jn 14, 1-6 Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios

Ante la muerte, percibiendo su presencia o cercanía, imaginándola rondar nuestra vida, todos tememos, tiembla nuestro corazón. La certeza de morir nos entristece. Creer en Ti, Señor, camino, verdad y vida para ir al Padre nos abre la puerta a otras moradas en el más allá que nos hacen más reales y auténticos en nuestro aquí y ahora. Que nuestros difuntos estén contemplando ya la luz de tu rostro.

 11.02

Dichosos…

1 de noviembre de 2009
Todos los Santos
Mt 5, 1-12 Dichosos los pobres de espíritu…

…porque de ellos es el Reino de los cielos. A eso solo llamados en nuestra vida cristiana. A la dicha, a la felicidad, a la bienaventuranza. A gustar y beber de las fuentes de la plenitud, que lleva a la santidad. A dejar las riquezas que revisten el propio ego y a ser pobre, sencillo, humilde, como tú, Señor Jesús. Felices y santos en ti, por ti, para ti.

11-01

 

Ultimo puesto

31 de octubre
Sábado XXX

Lc 14, 1.7-11 Vete a sentarte en el último puesto

¡Qué difícil! Allá, donde nadie me vea, donde nadie perciba la importancia con la que yo me juzgo a mi mismo, donde nadie aprecie los ropajes con los que me disfrazo, las vanidades que creo me embellecen. Dame, Señor, el estar en el último puesto, tan lejano a mí, e incluso olvidarme de que estoy allí. Que la humildad brote del amor y del olvido. 

10.31