Tu Gracia

13 de octubre
Jueves XXVIII

Rom 3, 21-30 Son justificados gratuitamente por su gracia

El poder de tu gracia gratuita, inmerecida, que brota de la fuente de tu generosidad. Ahí se sustenta nuestro actuar, Señor, en tu don abundante…por pura gracia hemos sido salvados. Partiendo de esta realidad, ¿qué hago yo para vivir de acuerdo con el don recibido? Me pongo ante ti, me ofrezco, te pido que me sigas perdonando y sosteniendo.

 

Tu madre

12 de octubre
Nuestra Señora del Pilar
Hechos 1, 12-14 Se dedicaban a la oración en común, con María
María presente en la vida de la primera comunidad cristiana, acogida como un don tuyo, recibida con amor filial. María, de cuyas entrañas seguimos recibiendo tu presencia, en medio de la Iglesia. María acompañándonos en los momentos de intimidad contigo, cuando todo se abre, desde el silencio y la contemplación, al don de tu espíritu, en oración. María, el Pilar.

 

Tu fuerza

11 de octubre
Martes XXVIII
Rm 1, 16-25 Es fuerza de salvación de Dios para todo el que cree

Así considera Pablo el Evangelio, del que no se avergüenza. El evangelio motor de su vida, impulso, dimitiendo, base vital. Su predicación, la meta y el objetivo de su existencia. ¡Ay de mi si no evangelizase!, nos señala en otro momento. ¡Ay de mí, Señor, si no pongo en ti y en tu evangelio la fuerza de mi salvación!

Por Ti

10 de octubre
Lunes XXVIII
Rm 1, 1-7 Escogido para anunciar el evangelio de Dios

Esta elección por parte de Dios, esta vocación recibida, es la que elige Pablo como carta de presentación cuando se pone a escribir a los romanos. Me hace interrogarme sobre mi manera de presentarme y situarme, Señor, ante los demás, en referencia a lo que tú haces en mi vida. He sido elegido por ti para ser apóstol…¿me presento como tal?

En Ti

9 de octubre
Domingo XXVIII
Filp 4, 12-14.19-20 Todo lo puedo en aquél que me conforta

Pablo hace una declaración de fe y de confianza que hoy, Señor, hago también mía. Al decir todo quiero comprender la totalidad de mi vida: mis pensamientos, sentimientos, acciones, circunstancias…todo ello se aquilata y se consolida, se posibilita de una manera especial, cuando está inserto en Ti, Señor, que me confortas y sostienes.

Dichoso III

8 de octubre
Sábado XXVII
Lc 11, 27-28 Dichoso…

En esta semana de repeticiones tu palabra nos invita, Señor, a volver al tema de la dicha. ¿Dónde pongo yo mi dicha?¿Qué es lo que anhelo? ¿Qué quiero alcanzar como instrumento para enraizarme en la felicidad plena y verdadera? Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen. Dichosa tú, María, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.

 

Gracias

7 de octubre
Viernes XXVII
Salmo 9 Te doy gracias, Señor, de todo corazón

No está de más volver hoy, a la acción de gracias. No debería pasar un día sin darte gracias, Señor, sin reconocer y proclamar tus maravillas, todo lo que haces por nosotros y en nosotros, todo lo que nos regalas cada día. Darte gracias de todo corazón, al menos una vez al día, agradeciendo los dones de tu bondad en ese pequeño fragmento de tiempo personal, donde tú escribes historia de salvación.

Dichoso II

6 de octubre
San Bruno
Salmo 1 Dichoso el hombre

En nuestra sociedad, Señor, la causa de la dicha, tan efímera, está puesta en lo que hoy es y mañana no: dinero, poder, prestigio, belleza, viajes, consumo, extravagancias. El salmo primero acierta con su  sencillez: dichoso el hombre, la mujer, que ha puesto su confianza en el Señor, que tiene como gozo la ley del Señor. El gozo en el Señor es su fortaleza.

Témporas

5 de octubre
Témporas de petición y acción de gracias
Mat 7, 7-11 Pedid y se os dará

Témporas de petición: saber poner nuestra vida en tus manos, Señor, y pedir que sea lo que sea te demos las gracias. Pedirte que hagas de mí lo que quieras. Aceptarlo todo en Ti. Desear cumplir tu voluntad. Concederte mi vida, ofrecerte lo que soy con todo el amor que soy capaz, porque sé que me amas y necesito darme, sin limitación, sin medida, con una confianza infinita. La oración del beato Carlos de Foucauld me acompaña en estas témporas. Gracias.

Gloria

4 de octubre
Martes XXVII

Gálatas 6, 14-18 Dios me libre de gloriarme…

¿Cómo me voy a gloriar de algo si todo lo he recibido, si todo es don? ¿De qué me puedo gloriar si no es de tu gracia, que vale más que la vida? ¿Cómo puedo ser tan necio de pensar que yo genero algún motivo de gloria…? Y sin embargo así es…¡tan a menudo! Dios me libre de gloriarme si no en la cruz de  nuestro Señor Jesucristo. Que así sea.