13 de septiembre
Lunes XXIV
Tim 2, 1-8 Que los hombres oren en todo lugar, alzando las manos
Humanidad unida en la oración. Delante de ti, Señor de todos los corazones. Unidos en ti, Señor y dador de vida. Intercediendo por los que sufren, por los oprimidos por toda clase de males, por los enfermos, por los descartados de la sociedad. Pidiéndote que nos hagas más tuyos y menos míos, más abiertos a ti y a los demás. Pidiendo, en definitiva, que se haga tu voluntad, que siempre es bella y buena para nosotros.