12 de junio
Jesucristo sumo y eterno sacerdote
Lc 22, 14-20 Este es mi cuerpo que se entrega por vosotros
Tu cuerpo entregado, tu cuerpo ofrecido, tu cuerpo en el centro de la vida, tu cuerpo generando vida en la muerte, tu cuerpo recordándome donde está la raíz del ser, tu cuerpo que sigue sufriendo en la humanidad que aguanta los dolores de la insolidaridad, que es triturada por los crímenes de nuestro bienestar. Tu cuerpo, Señor Jesús, entregado en la cruz. Recojo tu sangre y beso tu cuerpo llagado en las llagas del mundo. Tu cuerpo eterno, que nos abre el camino para ir al Padre, que nos hace capaces de Dios porque te has hecho cuerpo y carne nuestra.
Qué sepa corresponder a tú entrega.
Sé que siempre me alimentas con tú Cuerpo y Sangre. Quiero recibirlo cómo el Alimento más grande de mi vida.
Te diste a conocer
¿y pretendes que no muera por ti?