Ermitaña urbana

11 de julio
San Benito

Salmo 33 Bendigo al Señor en todo momento

Desde la celda interior, en la ermita urbana, amanece mi corazón para ti. Me entregas a ti. Tú pones tu alabanza en mi boca, haces que todo mi ser te glorifique, que en mi pequeñez te escuche y me alegre, que ensalce tus maravillas, que te contemple en el silencio ruidoso y en la soledad acompañada y quede radiante de tu hermosura. Te gusto y veo lo bueno que eres, Jesús mío, me haces parte de tu fraternidad universal, en lo oculto. Me das tu paz. Me haces recibir cien veces más al mostrarme lo que soy, en ti, defricheur en las espesuras. Me das tu herencia. Tú eres mi bien.

07.11

Lo amé

10 de julio
Jueves XIV

Os 11, 1-4.8-9 Lo amé.

Me amaste desde las entrañas maternas, cuando era joven, siendo adulto me sigues amando, me alzas en brazos, me curas. Con cuerdas humanas, con correas de amor me atraes, me acercas a ti, me atas, me alcanzas. Te inclinas a lavarte los pies. Me das de comer. Por eso se me alegra el corazón, y mi carne descansa serena. Por eso se conmueven mis entrañas, porque tú te has conmovido por mi, y me sigues dado la vida. Gracias.

07.10

El nombre

9 de julio
Miércoles XIV

Mt 10,1-7 Estos son los nombres

Sin que hables, sin que pronuncies, sin que resuene tu voz, pronuncias mi nombre, y a toda la tierra alcanza tu pregón, y hasta los límites del orbe tu lenguaje de amor, que me llama, que me reclama, que me exige con los lazos de la ternura infinita, derramada en la cruz. Descienda tu voz y me de vida. Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca, en tu mente, en tu corazón, en todo tu ser.

07.09

A la multitud

8 de julio
Martes XIV

Mt 9, 32-38 Anunciando el evangelio

Te miro, Señor, anunciando el evangelio del reino, y te escucho. Contemplo cómo curas todas las enfermedades y dolencias. Me haces presente cuando ves a las gentes, y te compadeces de ellas, porque están extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor. Me unes a ti, en el misterio y ministerio de tu amor.

07.08

En el desierto

7 de julio
Lunes XIV

Os 2, 16.17-18.21-22 La llevaré al desierto

Me llevas a tu desierto, Señor, me cortejas en medio de la nada, desprendida de todo para ti. Me hablas al corazón en el silencio, sin palabras, con una voz de silencio sutil, con tu murmullo que todo lo abarca. En el desierto me seduces, me trastornas, te muestras en la arena, en las estrellas, en un cactus, escucho tus pisadas, tu respiración, me siento atraída, esposa mía, paloma mía, amada mía, ven a mí. Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir, me forzaste y me rendiste.

07.07

En vosotros

6 de julio
Domingo XIV

Rm 8, 9.11-13 El Espíritu de Dios habita en vosotros

Habitas en mí, Señor, trabajas en mi, me abandonas en ti, me haces disminuir, llenas de plenitud mi vacío, me mueves, me animas, me conduces, reparas mis fuerzas. Bien es verdad que a veces no se cómo lo haces, ni te siento, ni te veo, ni te escucho, ni soy consciente de que me entrego, pero se, porque tú me lo haces saber, que habitas en mi y me vivificas para ti.

07.06

Llegan días

5 de julio
Sábado XIII

Amós 9, 11-15 Mirad que llegan días….

Llegan días en que los montes manarán vino, y fluirán los collados. En esos días, que ya soy hoy, quiero embriagarme de tu mosto y tu dulzura, y revolcarme por la arista de tu roca que rompe y rasga y desnuda la creación y la deja tan solo expuesta al amparo de tu luz y de tu amor. Tuyo soy en mi ceguera.

07.05

Tras de ti

4 de julio
Viernes XIII

Mt 9, 9-13 Sígueme

Te busco de todo corazón cuando me llamas, me consumo ansiando tu nombre y tu recuerdo, abro la boca y respiro tu palabra, «Sígueme», tu mirada, tu amor que me arrebola, y me introduce en la incerteza segura de que tú estás conmigo, y yo en ti soy tuyo. Dulce maravilla de tu amor. Me has vestido de gala para tí. Y dejándolo todo, ¿todo?, te sigo.

07.04

Vida

2 de julio
Miércoles XIII

Amós 5, 14-115.21-24 Buscad el bien y no el mal, y viviréis

Ahí, estás, Señor, ofreciéndome la vida: en el hermano que está solo y desamparado, explotado y deprimido, en aquél que te busca sin saberlo en la enfermedad, en la cárcel, en un territorio hostil. En ellos, Señor, me estás ofreciendo la posibilidad de ser más ser humano, de abrirme a mi propia carne y hacerme carne tuya, par alabanza de tu gloria.

Hospital