8 de julio
Martes XIV
Mt 9, 32-38 Anunciando el evangelio
Te miro, Señor, anunciando el evangelio del reino, y te escucho. Contemplo cómo curas todas las enfermedades y dolencias. Me haces presente cuando ves a las gentes, y te compadeces de ellas, porque están extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor. Me unes a ti, en el misterio y ministerio de tu amor.
Señor Jesús, cada paso que das en nuestras vidas es derrochando Amor.
Curando heridas, todo tipo de males, y dándonos a conocer la necesidad de sembrar y ayudar a cosechar. Qué éste sea mi gran propósito hoy.