Humildad y misericordia

21 de julio
Lunes XVI

Mi 6,1-4.6-8 Que ames la misericordia y que andes humilde con tu Dios

Ven en ayuda de mi debilidad. Dame el don de la misericordia, de poner mi corazón junto al pobre y desamparado, junto al que sufre, junto al que vive sin comprender lo que le sucede, junto al que se siente solo y desamparado; dame, Señor, el don de la humildad, de reconocer que no soy nadie, ni tan siquiera brisa en calma, cuánto menos vendaval. Hazme misericordiosos y humilde, mirándote en la cruz.

07.21

En mi debilidad

20 de julio
Domingo XVI

Rm 8, 26-27 El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad

Y la debilidad es tan manifiesta, Señor, tan palpable, tan imbricada en mi propia existencia, que solo puedo acudir a ti. Cierto es que no se pedir lo que me conviene, que por eso tu Espíritu intercede por mí con gemidos inefables, y me hace pedirte lo que sé que me das siempre: tu gracia y tu perdón, tu fortaleza y tu descanso, su amor.

07.20

Penas y trabajos

19 de julio
Sábado XV

Salmo 9 Tú ves las penas y los trabajos

Tú miras, Señor, y los tomas en tus manos. Y todo se recrea, y en la oscuridad brilla como una luz. A ti se encomienda el pobre. No nos desampares, Señor, para siempre. Dejo en ti, Señor, mis afanes. Mi suerte está en tu mano.

07.19

Sin remedio

18 de julio
Viernes XV

Is 38, 1-6.21-22.7-8 Vas a morir sin remedio

¿Dónde está la vida? ¿Dónde la muerte? ¿Dónde el origen? ¿Todo el final? ¿Dónde la plenitud del ser? ¿dónde está mi ser? ¿Soy en ti; Señor de mi vida y de mi historia, vida? ¿Qué ser soy? ¿para qué tantos afanes? Vaciedad de vanidades, todo es vaciedad. O vanidad.

Mientras tanto siguen volando los vencejos. The answer, my friend, is blowing in the wind.

07.18

Cansados

17 de julio
Jueves XV

Mt 11, 28-30 Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré.

Pongo en tu cruz todo el dolor del mundo, todo el dolor que genero, todo el dolor y el cansancio vital de los que no encuentran descanso ni sentido a la vida. Se tú, Señor, consuelo en sus desconsuelos, a través del consuelo con que tú nos consuelas. Se bálsamo en sus heridas, aceite que nutra su debilidad.

07.17

Mar

16 de julio
Nuestra Señora del Carmen

Mt 11, 25-27 Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y tierra

Te doy gracias por tu mar, donde naufrago, por tus olas, que mecen el misterio en mi vida, por tu playas, que me alcanzan, por la pesca, que me alimenta, por la belleza que encierras en tus aguas, porque me pones a salvo en medio del océano inmenso. Gracias, Señor, por ser el mar de mis estrellas.

07.16

Se agitó

15 de julio
Martes XV

Is 7, 1-9 Se agitó su corazón y el del pueblo, como se agitan los árboles del bosque

Tú agitas mis versos, Señor, y cantan mis rimas que el Señor es mi luz y salvación, eres la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? Y mientras tiembla mi corazón, como los árboles con el vendaval, aplauden las ramas y las hojas se llenan de la hermosura de tu ser. Nada me es ajeno, todo se serena en tu presencia.

07.15

Paz

14 de julio
Lunes XV

Mt 10,34-11,1 He venido a la tierra a sembrar la paz

Paz, Señor, tu tierra santa. Paz en Israel: yo os digo, amada a vuestros enemigos, orad por los que os odian. Paz en Jerusalén, la ciudad que pretende ser de paz: mi paz os dejo, mi paz os doy, no como la da el mundo. Oremos hoy, Señor, por la paz entre árabes e israelíes. Nunca más la guerra, busquemos caminos de paz, oremos para que nos concedas ser constructores de paz.

07.14

Tu Palabra

13 de julio
Domingo XV

Is 55, 10-11 Así será mi palabra, que sale de mi boca

Tu palabra empapa, tu palabra fecunda, tu palabra germina mi vida. El mundo entero queda preñado de tu palabra, a tiempo y a destiempo, en la luz y en la sombra, al anochecer y al amanecer, desde siempre, en la aurora del mundo el mundo, en el ocaso de los tiempos. Tu palabra sencilla, tu palabra veraz, tu palabra real, tu palabra que nutre, que fortalece, que acaricia, que me llama, que me da la vida.

07.13

Santo

12 de julio
Sábado XIV

Is 6, 1-8 Santo, santo, santo

La tierra está llena de tu gloria, tú reinas vestido de majestad, y te veo en el vuelo de los vencejos que atusan el amanecer. Afirmas el orbe y no vacilas, estás, Señor, en este principio del día, en el que me abres a tu hermosura, y me llamas a la santidad del pájaro que te alaba y no sabe que es alcanzado por ti.

07.12