Entrada I

18 de diciembre
IV Domingo de adviento
Lc 1, 26-28 El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad

Siempre, Señor, estás entrando en nuestro espacio, en nuestra tierra, en nuestra ciudad, por nuestras calles, en nuestras casas, hasta lo más íntimo de nuestra morada, en lo más profundo de nuestro corazón. Siempre nos estás mandando mensajeros de tu amor, mensajeros que nos invitan a la alegría de sabernos escogidos por ti, escogidos para salvarnos.