22 de julio
Jueves XVI
Salmo 25 En ti, Señor, está la fuente viva
Eres el agua de vida, que llenas el paisaje de frondosidad y las corridoias de frescura; el agua que llega como un oasis en medio de la canícula, y atempera el calor; que calma la sed del peregrino; el agua del río que descansa los pies ardientes de tanto caminar por el asfalto ardiente; el agua fría de la ducha que limpia, tonifica, quita los sudores, restaura e inicia algo nuevo; el agua generosa y gratuita que está en todo, creando, como tú, acompañándonos en el camino. Gracias, Señor.