27 de marzo
Jueves Octava de pascua
Lc 24, 35-48 Paz a vosotros
Que seamos, Señor, hombres y mujeres de paz, que trasmiten tu paz, que la cultivan, que la ofrecen, que la donan gratuitamente, que la proclaman, que la viven y la transmiten. Tu paz en mi mirada, tu paz en mis labios, tu paz en mi corazón Tu paz en mi mano tendida y reconciliadora. Tu paz que todo lo llena y todo lo hace uno, en ti, príncipe de la paz. Tu paz que se derrama en el universo y en todas las criaturas. Tu paz crucificada, tu paz resucitada y resucitadora.
Esa paz que tú, Señor, me das es la paz que quiero tener en mi vida. La paz de mi trabajo bien hecho, la paz que me hace estar con los demás, sonreir y dar lo que de ti recibo.
Paz que recibo de ti y que yo deseo transmitir a los demás en mi mirada y mis labios. Paz que llene a los demás como tú me llenas con ella. Paz que haga sentir a los demás que el Señor ha resucitado y que está cerca de cada uno.