25 de diciembre
Misa del día
Jn 1, 1-18 En el principio existía la Palabra
Quedo en silencio junto a tu Palabra. La rumio sin rumiarla, la respiro sin respirarla, la haces ser en mí ser que es tuyo, me das vida en tu Palabra. Tu palabra en la carne del niño Jesús. Junto a tu Palabra hecha carne me acurruco y quedo en adoración quieta, sin palabras. Me regocijas en tu Navidad, me haces una vez más tuyo.
¡¡Gracias Jesús, por hacerte Palabra viva!! Ella me llena de esperanza, con Ella voy avanzando en mi caminar hacía a Ti.
Feliz Navidad,Nano. Y gracias por tu meditación diaria. Me he «enganchado» a ella y la sigo atentamente cada día