27 de marzo
Miércoles santo
Is 50, 4-9 Tengo cerca de mí a mi defensor
Estás cerca. Eres cercano. Tu ser siervo sufriente te hace cercano a la humanidad que sufre, que se aleja del ser en su dolor. Siervo de los siervos. En ti toda la humanidad se acerca al Padre, y en ti nos recogemos como ofrenda. En ti toda la humanidad puede decir que el Espíritu del Señor está sobre mí. En ti somos ungidos y somos salvación para todo el mundo.
Siempre me ha llamado la atención la misericordia de Jesús con Judas. Aún a sabiendas de su traición estuvo presente en la cena pascual y éso es precisamente lo que tanto se nos olvida, la necesidad de acoger y compartir con aquel que cae en la repetida debilidad humana de alejarse de Dios.
Saber a ciencia cierta Tú cercanía, me ayuda a salir de los avatares que me da la vida.
Con mi corazón agradecido me pongo en tus Manos.