25 de mayo
VI domingo de Pascua
IPe 3, 15-18 Glorificad en vuestros corazones a Cristo Señor
Que cada uno de los latidos de mi corazón, Señor, se convierta en un canto de alabanza porque eres bello, porque haces en mi obras grandes, porque todo lo llenas con tu sabiduría y amor. Que mi corazón se vuelque en mis hermanos, de manera sencilla, oculta y callada, para así glorificarte con mi vida enamorada.