17 de marzo
Lunes II de cuaresma
Lc 6, 36-38 Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo
Ser compasivo y misericordioso, como lo eres tú. Ser manifestación e instrumento de tu amor, de tu perdón. Ser bálsamo para los corazones desgarrados. Vendar y sanar las heridas de los más cercanos, y de los más alejados. Dar una palabra de aliento, sostener a los que tienen las rodillas vacilantes. Fijar mi mirada en tu cruz, fuente de salvación, para que, crucificado contigo, lleve a plenitud la compasión. Pierde, Señor, mi corazón en el tuyo.
en el tuyo.
¡¡Gracias Señor por tu compasión!! En mi vida la he recibido muchas veces, me siento muy agradecida. Quiero responder con la misma generosidad. Estar siempre atenta y dispuesta.No perder nunca de vista la Cruz, en mi vida.
No dejes que otros ojos miren en tu corazón
porque no pueden
y no entienden
No dejes que nadie viole ese espacio
donde solo caben dos
y hasta el viento sobra
Abrazada a tu cruz yo quiero estar para toda la eternidad
Abrazada a tu cruz quiero estar para toda la eternidad