14 de marzo
Jueves IV de cuaresma
Ex 32, 7-14 Dura cerviz
Y a pesar de la dulzura de tu mano extendida, que me bendice sin cesar desde que sale el sol hasta el ocaso, que aligera mi carga y hace suave y dulce el yugo que ciñe mi vida a lo real, a pesar de tu ternura que es bálsamo en mi fatiga, tengo dura la cerviz, me postro ante el novillo de metal, y adoro el becerro de oro, me cierro ante la carne del hermano que está solo y desamparado, no muero por paliar la injusticia tan manifiesta que infecta el mundo. Perdón, Señor, ten misericordia de mí.
Duro corazón
dura cerviz duro ser
fuera de tu ser
Me mantendré en pie por puro amor