29 de enero
Lunes IV
Mc 5, 1-20 Gritando e hiriéndose con piedras
Pongo en tus manos, Señor, a todas las personas que se autolesionan, que hacen daño a su cuerpo, que gritan porque no soportan su existencia, personas que entran en la senda de la culpabilización, de la punición, de la destrucción, personas carentes de afectos, de horizontes, personas profundamente heridas en lo más hondo de su ser…que en su desesperación encuentren una mano amiga, y la cercanía de tu misericordia que libera.