5 de enero
II domingo de Navidad
Jn 1, 1-18 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres
Vas a llegar hoy, con tu Palabra, con tu eucaristía, hasta el centro penitenciario de Valdemoro. Y seguro que también a muchas otras cárceles. Allí te ofreces como luz, para iluminar tantas vidas rotas, heridas, juzgadas, condenadas, responsables, buscadoras, abiertas de una manera más o menos consciente a ti. Vidas, en muchos casos, descartadas y puestas al margen de la sociedad. Se tú, Señor, su luz.