3 de octubre
Lunes XXVII

Lc 10, 25-37 Amarás al señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu fuerza

Y cada vez que escucho tu mandamiento de amor, mis entrañas se conmueve, y todo mi ser aspira a ti, a amarte sin reservas, a vivir de tu amor, a tener un corazón no divido para ti, fuente, desde tu amor, para los demás.