A tus ojos

11 de enero
Martes I

I Sm 9-20 Que tu sierva encuentre gracia a tus ojos

Es una petición que repito continuamente, con el convencimiento de que te pido lo que me das: encontrar gracia ante tus ojos. Porque tu gracia vale más que la vida, tú eres la vida de mi vida, cada día. Y haces fecundo lo que en mi vientre es estéril. Gracias, Señor. Dame sencillez y humildad para comprender que todo don en mi vida viene de ti, y que tú eres el que actúas en mi.

El tiempo

10 de enero
Lunes I

Mc 1, 14-20 Se ha cumplido el tiempo

Después del tiempo de adviento, dulce espera, y de navidad, tu cercanía salvadora, tu luz, tu paz, don inalterado cada día, volvemos al tiempo ordinario, comenzándolo. El tiempo desde la eternidad, el tiempo donde llevas a cabo la historia de nuestra salvación, todo el tiempo está en ti como en una gavilla. El tiempo, tu tiempo, Señor. En tus manos.

Bautismo

9 de enero
Bautismo del Señor

Lc 3, 15-16.21-22 Tú eres mi hijo, el amado, mi predilecto

Don de tu misericordia. Cada vez que leo, o escucho, o veo el episodio de tu bautismo, me siento reconfortado, incluso cuando no me siento reconfortado. Y me siendo amado, incluso si no me siento amado. Es la realidad, el ser en ti hijo como lo eres tú, amado, predilecto.

El amor

8 de enero
Sábado después de Epifanía

I Jn 4, 7-10 en eso consiste el amor

En que tú nos has amado primero. Maravilloso don. Gracias por tu amor, Señor, que me da la vida. Hazme amante de tu propio amor, amado amoroso, cauce de tu amor y de tu misericordia en tu nombre.

Carnal

7 de enero
Viernes después de Epifanía

I Jn 3, 22-4,6 Todo espíritu que confiesa a Jesucristo venido en la carne es de Dios

Tú, Señor, tan carnal. Tú tan humano en tu divinidad. En mi propia carne manifestándote. Esa carne que de pequeño era tan horrible junto al mundo y el demonio; esa carne rebelde; esa carne que tantas veces se contrapone en tu Palabra con el espíritu. En esa carne mía, tan carnal, tan humana, donde pones tu morada.

Epifanía

6 de enero
Epifanía de Nuestro Señor Jesucristo

Mt 2. 1-12 Cayendo de rodillas lo adoraron

Gesto ungido de los magos, gesto de amor, esto de admiración, gesto de veneración. Gesto de gratuidad. Asombro y manifestación. Y tú, tan sencillo como todo lo cotidiano, donde cada día te estás manifestando.

la vida

5 de enero
Miércoles antes de Epifanía

I Jn, 11-21 El que no ama permanece en la muerte

Mi amado, tú me das la vida. Me llamas a entregarme por amor desde tu amor. Ven, y sígueme.

Encontrado

4 de enero
Martes antes de Epifanía

Jn 1, 35-42 Hemos encontrado al Mesías

Te he encontrado porque me has encontrado. Tan íntimo, tan cercano, tan entrañado, tan entrañable, tan en mi propia respiración. Me encuentras pecador, me encuentras distraído, me encuentras envuelto en demasiados ropajes…tanto te da…me encuentras y me ofreces en tu amor tu salvación.

Visto

3 de enero
Lunes antes de Epifanía

Jn 1, 29-34 Yo lo he visto

Yo lo he visto, con los ojos de la fe, de la esperanza, de la caridad. Lo he visto porque se ha dejado atisbar detrás de mis celosías. Lo he visto cuando me he acercado a uno de estos mis pequeños hermanos, los enfermos, los que están en la cárcel, los que pasan hambre, o sed, los refugiados…lo he visto sin que yo sepa cómo, pero se que te he visto. Y por eso doy testimonio de ti, de tu bondad, de tu cercanía, de tu amor. Estás con nosotros.

Tu luz

2 de enero
II domingo de Navidad

Jn 1, 1-18 La luz brilla en las tinieblas

Tu luz, Señor, siempre tu luz, y también mis tinieblas. Tinieblas iluminadas por la claridad de tu presencia, que da visibilidad, que es faro, que muestra una presencia cercana, reconfortante, un lugar donde ponerme a salvo. Tu luz, Señor, que me habita. En el interior estás tú, invitándome a dejar de vivir opaco a tu resplandor, al fulgor de tu verdad, a tu ser todo de amor.