Libérame

14 de febrero
VI domingo

Mc 1, 40-45 si quieres puedes limpiarme

Bien lo se, Señor, si quieres puedes limpiarme. De hecho me sanas y salvas, y por eso te doy las gracias. Tú sabes que no me muevo entre lo puro e impuro, lo limpio y lo sucio, sino entre el amor y el desamor a ti. Bueno, amarte te amo de todo corazón, pero los apegos me mantienen prisionero de mi mismo. Por eso, a parte de limpiarme, que no te digo que no, libérame, Señor.