Pequeño

17 de marzo
Martes III

Dn 3, 25.34-43 Somos el más pequeño de todos los pueblos

Hace muchos años, bien lo sabes tú Señor, te dirigí la oración de Azarías con gran verdad de mi corazón: no me desampares, no tengo nada, ni un sitio donde ofrecerte primicias para alcanzar misericordia. Sensación de despojamiento y abandono. Abandono en ti. Desde entonces te sigo buscando de todo corazón, busco tu rostro, que me tratas segñun tu piedad, según tu gran misericordia. Gracias