Magdalena

19 de septiembre
Jueves XXIV

Lc 7, 36-50 Me ha lavado los pies con sus lágrimas

Hazme tú, Señor, agua agradecida para tus pies, agua arrepentida que nace de mi interior, agua mansa que te sirva en lo más sencillo; que mis cabellos se transformen en amor que te enjuaga por amor; que mis besos te cubran crucificado, en los que ahora están crucificados por mi falta de compasión. Hazme ungüento perfumado para tu alabanza. Te beso como Judas, te amo como María Magdalena. tú me perdonas mucho, mucho quiero amarte.

Calella. Cinquena ed