Visitar enfermos

11 de octubre
Jueves XXVII

Mi 3, 13-20 Me compadeceré de ellos

Paisana de Madrid, Santa Soledad Torres Acosta tiene la gracia de compadecerse del enfermo, de servirte con amor generoso, Señor, cuando les visitaba, de descubrir tu presencia en los que sufren. Estuve enfermo y vinisteis a verme. Se acercó al enfermo en su propio hogar, allí les atendía y derramaba el bálsamo de la caridad. Su ejemplo, Señor, me mueve hoy hacia el mundo de la enfermedad.

Morir

10 de octubre
Miércoles XXVII

Jon 4, 1-11 Más me vale morir que vivir

Indignado Jonás con la vida que Dios ha regalado gratuitamente, como siempre, a los habitantes de Nínive, tras su conversión,  se encierra en su propia quemazón, se consume y desea su propia muerte, lejos de Dios, del perdón y de la misericordia. Un corazón de piedra rompe la vida, la deshace. Desesperación del que prefiere la muerte a la vida, vivir en sí en vez de morir contigo. Pongo en tus manos, Señor, a todos los cansados de sí mismos, de su propia vida.

Convertirse

9 de octubre
Martes XXVII

Jonás 3, 1-10 Que se convierta cada cual de su mala vida

Tras la predicación de Jonás el rey de Nínive se da cuenta de su pecado y desea cambiar. Con él toda la población se arrepiente, ayuna y hace penitencia, se vuelva Dios. No tenemos a Jonás, tenemos al mismo Jesús, Hijo de Dios, proclamando el año de gracia, el Reino de Dios entre nosotros, invitando a la conversión y a creer en el evangelio. ¿Qué respondo? ¿Qué estoy dispuesto a cambiar, hoy, de mi vida?

Levántate

8 de octubre
Lunes XXVII
Jonás 1,1-2, 1 Levántate e invoca a tu Dios

Jonás no ha podido caer más bajo: no se ha levantado para ir a la misión que Dios le encomendaba, sino que baja hacia la costa, coge un barco, huye hacia el fin del mundo ( Tarsis), desciende a la bodega del barco, bajo el nivel del mar, se hunde en el sueño…Desentenderse de Dios le hace desentenderse de la realidad, de la tormenta, del peligro de muerte. Y vuelve a escuchar: levántate, invoca tu Dios. Tú, Señor, no cesas de darme oportunidades…

Reavivar el don

7 de octubre
Domingo XXVII

2 Tm 1,6-8 Reaviva el don de Dios

Tengo tu don, Señor. Desde el seno materno tu me has ido entretejiendo con tu gracia. Agua viva; fuego vivo que llamea en mi interior, que ilumina, que calienta. A veces demasiado tenuemente, casi imperceptible. Pero está. Y hoy me recuerdas que puedo reavivarlo, hacer que de los rescoldos brote una llamarada, que en las cenizas renazca el fuego, que nunca ha terminado de consumirse. Tu don, Señor, reavivado.

Vuestros nombres

6 de octubre
Sábado XXVI

Lc 10, 17-24 Estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo

Gozar de esta alegría profunda, que a veces se manifiesta en una sonrisa, en una mirada llena de bondad, en ternura y comprensión de la vida, sea lo que sea.  Gozar de la verdadera alegría, que procede de ti, y no se encierra en palabras que se dicen, sino que anida en el corazón. Gozar con la alegría de saber que soy nombrado por Ti, que estoy en la palma de tu mano, que me proteges a la sombra de tus alas, que me miras y al decir mi nombre me das el ser y la vida. Estar alegre con la alegría de la gente sencilla; estar alegre, como María, porque tú estás conmigo.

Tierra buena

5 de octubre
Témporas XXVI
Dt 8, 7-8 Cuando el Señor te introduzca en la tierra buena
En la tierra de torrentes, de fuentes y veneros que manan, en la tierra de trigo y de cebada, en la tierra de viñas e higueras, de olivares y de miel, tierra en la que no careceré de nada, tierra en la que no comeré tasado el pan, tierra con hierro en las rocas y de cuyos montes sacaré cobre…ya estoy en esta tierra, porque sea lo que sea, estás conmigo. Por eso te bendigo, Señor, en este día de acción de gracias, por la tierra buena que me has dado.

 

 

 

Obreros a la mies

4 de octubre
Jueves XXVI
Lc 10, 1-12 Rogad pues al dueño de la mies que mande obreros a su mies

Recemos hoy por las vocaciones a la vida consagrada. Recemos para que haya jóvenes dispuestos a seguirte, Señor, en castidad, pobreza y obediencia; recemos para que respondan a tu llamada con generosidad y entrega; recemos para que cada uno de nosotros, en el estado de vida que hemos abrazado, seamos obreros tuyos, en la mises de nuestra sociedad, testigos tuyos en medio de nuestro mundo.

Te seguiré

3 de octubre
Miércoles XXVI

Lc 9, 57-62 Te seguiré donde vayas
Desde el principio te digo esto, Señor; desde el seno materno, con cada latido de mi ser, estoy llamado a alcanzar la plenitud de la vida siguiéndote a donde vayas, acompañándote en tus caminos, que son mis caminos. Si me dices aquí aquí quiero seguirte. Si me dices allí allí quiero seguirte. En cualquier circunstancia, con mi corazón puesto en ti y mis pies en los tuyos. Te seguiré donde tú vayas, Señor, si me das tú amor y gracia para hacerlo, que por mí nada puedo.

 

 

Acoger a un niño

 

 2 de octubre
Ángeles Custodios

Mt 8, 1.5-10 El que acoge a un niño como este en mi nombre me acoge a mi.

El colegio en el que trabajo hace hoy cien años. Acogiendo a Jesús en el niño y la niña que viene a este centro a estudiar, a educarse en la fe, a recibir el la buena noticia del Evangelio, la presencia de Jesús Salvador.  El colegio está lleno de ángeles en sus fachadas principales, custodiando las escaleras…Ser, cada uno de nosotros, acogedores y protectores de la infancia y de la juventud, especialmente de la más necesitada, de la más pobre y más abandonada de nuestro mundo.