Reavivar el don

7 de octubre
Domingo XXVII

2 Tm 1,6-8 Reaviva el don de Dios

Tengo tu don, Señor. Desde el seno materno tu me has ido entretejiendo con tu gracia. Agua viva; fuego vivo que llamea en mi interior, que ilumina, que calienta. A veces demasiado tenuemente, casi imperceptible. Pero está. Y hoy me recuerdas que puedo reavivarlo, hacer que de los rescoldos brote una llamarada, que en las cenizas renazca el fuego, que nunca ha terminado de consumirse. Tu don, Señor, reavivado.