23 de julio
Sábado XVI
Jn 15, 1-8 Yo soy la vid, vosotros los sarmientos
Permanecer en ti para recibir la vida; permanecer en ti para dar fruto abundante, fruto que siempre dure. Permanecer en ti, Señor. Como el sarmiento permanece en la vid. Dejarme, reposarme, el rostro reclinar sobre el amado, rendirme y dejarte hacer, para ser racimo. En tus manos.
Ser sarmiento, arraigada a Ti, me anima a no dejarme secar, podarme, y con tu gracia dar frutos.