9 de abril
Viernes octava de pascua
Jn 21, 1-14 Es el Señor
Una vez más tu palabra nos muestra cómo el amor reconoce. El discípulo amado, al que tanto querías, es el que puede verte en medio de la realidad, en la figura del hombre que se acerca. Porque ha sido amado tiene sus pupilas encendidas por el amor y el amor transforma su mirada. Se que me amas, Señor. Dame una mirada de amado, que en cualquier lugar sea capaz de reconocerte como amante.
¡Gracias Señor, te haces presente en todas las necesidades de los hombres!
Hoy quieres que aumente nuestra confianza, que estemos seguros que Tú nunca nos abandonas.
Nos das infinitas muestras de cercanía. Ayúdame a verte en todas ellas.
Gracias Luis . Josefa