Señor mío y Dios mío

3 de julio
Santo Tomás apóstol

Jn 20, 24-49 Señor mío y Dios mío

Segunda confesión de fe que nos ofrece tu palabra esta semana. Hoy Tomás te reconoce y, ahora sí, no deja lugar a la duda. Tú eres el Señor de su vida; tú eres su Dios. Confesión de fe mediada por la vista, por tu presencia en medio de la comunidad. Y tu última bienaventuranza: ¡Dichosos los que creen sin haber visto!

 

 

Buscad el bien

2 de julio
Miércoles XIII

Am 5, 14-15 Buscad el bien y no el mal

Parece una evidencia y sin embargo nos cuesta verla desde lo profundo de nuestro ser, donde no hay  lugar para los engaños, pues resides tú, tu verdad. Si busco el bien y me aparto del mal viviré. Viviré en plenitud, viviré en la dicha, viviré en la verdad, viviré y mi existencia será completa, pues tú estarás conmigo, como deseo. Si busco el mal, ¡ay si busco el mal!, malviviré en tinieblas, aunque no me de cuenta.

Nos hundimos

1 de julio
Martes XIII

Mt 8, 23-27 ¡Señor, sálvanos que nos hundimos!

El mar nos traga, Señor. La barca es demasiado frágil. Nosotros estamos llenos de cobardía, no tenemos valor de seguir luchando contra los imponderables, contra las fuerzas de la naturaleza, contra ¿el destino?. Paree que tú duermes, que no va contigo ni la tormenta, ni el oleaje, ni nuestro miedo. ¿No temes tú el naufragio de la muerte? Perón Señor, pero no tengo más remedio que despertarte y decirte, con una mezcla de confianza y pánico: ¡sálvanos, Señor, que nos hundimos!

Seguirte

30 de junio
Santos protomártires de la Iglesia Romana
Mt 8, 18-22 Maestro, te seguiré adonde quiera que vayas

Me acerco hasta ti como el escriba, Señor, y te digo mi deseo y mi voluntad de seguirte. Se que las zorras tienen madriguera y los pájaros nidos, y que tú no tienes un sitio donde reclinar la cabeza. Sin embargo tú me mueves a la generosidad, a darme por entero, a compartir la pobreza contigo pobre. Tú me mueves, Señor. A veces te sigo raudo, otras racaneo, otras, de tanto asombro, no  se bien como caminar. Contigo. Siempre tú.

Pedro y Pablo

29 de junio
San Pedro y san Pablo
Mt 16, 13-19 Tú eres el Mesías, el hijo de Dios vivo
Confiesa Pedro la fe en ti, Señor, y sobre su confesión se edifica la Iglesia, que nos transmite, desde hace veinte siglos, que tú eres el Mesías, el hijo e Dios vivo. Pablo, desde los inicios del evangelio, siente que le ayudas y le das fuerza para anunciar íntegro el mensaje, de modo que llegue a todos. Pedro y Pablo, apóstoles, testigos fieles de tu resurrección, invadidos por tu amor y por tu gracia. Rogad por nosotros. Y hacedlo por mí, en el aniversario de mi ordenación sacerdotal.

Servicio

28 de junio
Sábado XII

Mt 8, 5-17 La cogió de la mano y se le pasó la fiebre; se levantó y se puso a servirles.

Me sanas, Señor, para el servicio de la comunidad. Me sanas, Señor, para que te sirva y sirva en tu nombre. Me sanas, Señor, para que me abra, desde la realidad transformada por tu misericordia  y tu perdón, a la realidad del mundo herido, que necesita de ti, de tu compasión, de tu palabra de aliento, de tu mirada que reconforta todo. Me sanas, Señor, para que, en el recuerdo de mi debilidad y de mi herida, se que sólo tú me haces fuerte, que tú solo eres el que sostienes mi servicio. Concédeme la gracia de no olvidarlo.

Si quieres

27 de junio
Viernes XII

Mt 8, 1-4 Si quieres puedes limpiarme

 Acercarme a ti, arrodillarme y decirte, Señor, con el leproso, si quieres puedes limpiarme. Limpiarme Señor, de todo lo que oscurece mi conciencia, de todo lo que me impide ser pura transparencia de tu amor y tu misericordia, que todo lo pueden y todo lo limpian en mi vida. Se Señor que extiendes tu mano y me dices, “quiero, queda limpio”. Y una vez más me admira la Gracia que recibo de ti en el sacramento de la reconciliación.

Señor señor

26 de junio
Jueves XII
Mt 7, 21-29 No todo el que dice Señor Señor…

No consiste solo en invocarte, o en pronunciar tu nombre. Al menos eso parece desprenderse del evangelio de hoy: no todo el que dice Señor Señor entrará en el reino de los cielos, sino el que simple la voluntad de mi Padre. Cumplir la voluntad del Padre, como tú; ser hijo en ti, que eres el Hijo; ser en ti cauce de bendición para la humanidad; dar testimonio de ti y mostrar tu rostro en medio de nuestro mundo. Y desde ahí invocarte y agradecerte porque, Señor, tú tienes misericordia de mi.

Por sus frutos

25 de junio
Miércoles XII

Mt 7, 15-20 Por sus frutos los conoceréis

Qué realidad, Señor, que evidencia nos trae tu palabra, que tan pronta está para que demos frutos en tu nombre. Al igual que no se cosechan uvas de las zarzas ni higos de los cardos, cuando soy espina, cuando reboso agresividad, nadie se acerca a mi, pues pincho y distorsiono. Y se que un árbol sano, alimentado con el humus de tu palabra, enraizado en ti, da frutos sanos. Y que un árbol dañado, encerrado en sus heridas, no puede dar fruto bueno. Por los frutos, Señor, nos conocemos.

Natividad San Juan Bautista

24 de junio
Natividad de San Juan Bautista

Lc 1, 57-66.80 Vivió en el desierto hasta que se presentó a Israel

Desde el seno materno Juan experimentó la presencia de Jesús, en el seno de María,  que le hacía saltar de gozo. Desde su nacimiento, que hoy conmemoramos, los parientes y vecinos se dieron cuenta que la mano del Señor estaba con él. Envuelto en esa realidad divina Juan acude al desierto, a la soledad, al silencio, donde estar a solas con quien ama y por quien es amado; donde purificar su corazón y sus labios para poder presentarse a su pueblo en nombre de Dios, y ser la voz que clama…en el desierto. Allí, Señor, me seduces. Allí me dejo seducir.