21 de octubre
Martes XXIX
Ef 2, 12-22 El es nuestra paz
¿Quién? El que nos pacifica; el que nos ofrece su paz y nos la deja, no como la da el mundo, sino la paz verdadera. Jesús, nuestra paz; Jesús que nos invita a vivir pacíficamente, trabajando por la paz y la justicia en nuestro mundo. En un mundo tan conflictivo y tan alejado de la paz. ¿Cómo puedo hacer yo, hoy, para ofrecer a los demás la paz que tú me das, Señor?
Contemplando el texto y la imagen que lo ilustra, éste es el grito que brota de mi oración:
Gracias, Jesús, por tu paz.
Gracias porque te ganas la paz sin huir de los problemas sino afrontándolos, con sencillez y fuerza.
Sin querer convencer a nadie,
agotado pero no vencido.
En nuestra vida: danos, Señor, tu PAZ.