Te amo

15 de abril
Viernes V de cuaresma
Salmo 17 Yo te amo…

Unido a Ti, Señor Jesús, tan próximo a tu pasión, recito este salmo de amor y confianza: yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza, Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador. Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte. Invoco al Dios de mi alabanza y quedo libre de mis enemigos.

 

Tu Dios

14 de abril
Jueves V de cuaresma

Gn 17, 3-9 Seré tu Dios, y el de tus descendientes

Sigues siendo Dios, el Dios de nuestros antepasados, el Dios de nuestros descendientes. Dios de Dios, que vives desde siempre y para siempre. El Dios que haces alianza con nosotros. Se aproxima, Señor, el tiempo en el que sellas la alianza en la cruz. Haz que nos preparemos a celebrar con un corazón agradecido el misterio de nuestra fe.

Verdad

13 de abril
Miércoles V de cuaresma

Jn 8, 31-42 Sin embargo tratáis de matarme a mi, que os he hablado de la verdad

Se acerca, Señor, el tiempo de tu pasión por ser testigo de la verdad, de la verdad que nos hace libres. Te encadenamos a nuestras mentiras, a nuestras falsedades, a nuestras justificaciones, a la realidad que tratamos transformar según nuestros intereses. Te encadenamos con nuestros relativismos y te llevamos a la cruz.

Oración

12 de abril
Martes V de cuaresma

Salmo 101 Señor, escucha mi oración

En la oración siempre quiero que me escuches, Señor, que oigas el lenguaje de mis silencios, sin hablar, sin susurrar, sin que pronuncie mi voz; escucha mi corazón distraído que se hace presente ante ti, y que te ofrece todos los anhelos que quieren ser saciados en ti, Señor. Señor, escucha mi oración.

Mi pastor

11 de abril
Lunes V de cuaresma
Salmo 22 El Señor es mi pastor

Después de leer la historia de la casta Susana, en la primera lectura,  y de la mujer a la que Jesús salva de ser apedreada, en el evangelio, repetir el salmo 22 es un acto de singular belleza: el Señor es mi pastor, nada me falta, reparas mis fuerzas, aunque camine por cañadas oscuras nada temo, porque tú vas conmigo; tu vara y tu cayado me sosiegan.

Viviréis

10 de abril
Domingo V de cuaresma

Ez 37, 12-14  Os infundiré mi espíritu y viviréis

Recibo tu espíritu, Señor, recibo tu vida. Tu espíritu me vivifica, me saca de las tumbas en las que, muerto, trato de vivir.  Es verdad: si el espíritu del que resucitó a jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó a Jesús  vivificará también vuestros cuerpos, por el espíritu que habita en vosotros.

La causa

9 de abril
Sábado IV cuaresma

Jer 11, 18-20 A ti he encomendado mi causa

Repito estas palabras de Jeremías en nombre de todos los que son perseguidos por creer en Ti, Señor, de todos aquellos que padecen las injusticias más sangrantes, por todos los que son llenados al matadero, son objetos de planes homicidas, son masacrados, son borrados de la memoria colectiva. Ellos en ti reciben   la certeza de que la muerte, el mal, no tienen la última palabra. Tu Palabra de vida.

Palabras verdaderas

8 de abril
Viernes IV de cuaresma

Sab 2, 12-22 Veamos si sus palabras son verdaderas…

…comprobando el desenlace de su vida. En medio de un mundo tan lleno de palabras y palabrería, tan abarrotado de sin sentidos, tan ignorante de significados verdaderos, tan manipulador del lenguaje para maquillar la realidad y ocultarla, está el criterio de autentificación de cualquier discursos. Por sus frutos conocemos la veracidad de lo que predican. Como conocemos tu verdad, sellada en la cruz.

 

Testimonio de verdad

7 de abril
Jueves IV de cuaresma

Jn 5, 31-47 El ha dado testimonio de la verdad

Es lo que ha hecho Juan Bautista, el precursor, la lámpara que ardía y brillaba. La gente acudió a él porque deseaba gozar un instante de la luz. Porque quien da testimonio de la verdad es luz e ilumina. Quien da testimonio de la verdad ama, porque la verdad y el amor se conjugan juntas.  Quien da testimonio de la verdad arde como una lámpara en medio de nuestro mundo de oscuridades. Dame tu luz, Señor, y tu verdad. Que ellas me guíen.

Luz IV

6 de abril
Miércoles IV de cuaresma

Is 49, 8-15 Venid a la luz

¿Por qué esta semana resuenan con tanta fuerza estas palabras, este verbo de movimiento, este sustantivo lleno de claridad? ¿Por qué experimento tan cierta la llamada a acudir a Ti, que eres la luz? Salir  de las propias tinieblas, de las cautividades, dice el profeta, porque el Señor te ha respondido el este tiempo con gracia y con ternura, te ha restaurado, te ha revestido de un manto transfigurado.  Muévete. Acude a la luz.