28 de octubre
San Simón y San Judas
Ef 2, 19-22 Para ser morada de Dios
Edificada sobre el cimiento de los apóstoles, teniéndote a ti como piedra angular, el edificio queda ensamblado y se va levantando hasta formar un templo consagrado al Señor. Así es. Por tu gracia. También me llamas, nos llamas, para que nos vayamos integrando en la construcción, para que vayamos poniendo nuestra vida como piedra viva. Así seremos morada tuya, nos manifestaremos como templos de tu Espíritu Santo.
Despertad citara y arpa
despertará la Aurora
el mar saciará sus tinieblas
con la difusa claridad
de tu luz amanecida
Diariamente te suplico, que hagas morada en mi corazón.
Soy frágil, con Tú ayuda, y la de Espíritu, deseo colaborar en que se afianza en nosotros tú Reino.
Hijas de un mismo padre,
algunas fuertes y robustas, otras asustadas y vencidas.
Arrestadas en un mundo que no ofrece esperanza
Todas amadas