Manos abiertas

16 de noviembre
Domingo XXXIII

Pr 31, 10-13.19-20.30-31 Abre sus manos al necesitado…

 …y extiende el brazo al pobre. El libro de los Proverbios trae este elogio de la mujer. Y hoy, Señor, pones este elogio ante mis ojos, y en mi corazón, para invitarme a abrir mis manos al necesitado, a extender  mis brazos para acercarme a quien esté solo y desamparado, pobre, marginado, débil. ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo responder a esta llamada, en un tiempo en que la crisis económica acecha con virulencia? Preguntas que quiero contestar ante Ti, Señor.

Un comentario en “Manos abiertas”

  1. Me invitas Señor a abrir mis manos al necesitado. Y me cuesta desprenderme de lo que considero mío (¡qué absurdo!: mío, solo porque ha venido a mis manos, pero que es tuyo y por tanto de los que lo necesitan…). Amor, tiempo, dinero… ¡tantos dones que pones en mis manos! Que yo comprenda Señor que tus dones son para darlos, para que todo tenga sentido, tu sentido.

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