20 de septiembre
Lunes XXV
Lc 8, 16-18 Nada hay oculto que no llegue a saberse
Porque tu Palabra ilumina, y muestra, y manifiesta, y da visibilidad. Te pido, Señor, Señor, que me ayudes a vivir una vida transparente, ofrecida, puesta ante ti. Que con sencillez viva lo que vivo y lo muestre. Contigo no tengo recovecos ni escondrijos. Tú me sondeas y me conoces. Estoy en ti.
Autor: Nano SM
Religioso Marianista, sacerdote. Actualmente trabajo en la pastoral de un colegio en Madrid, precisamente donde estudié y sentí la llamada a la vocación religiosa.
Desde hace tres años escribo cada día un comentario a la Palabra de Dios, que me ayuda a encarnarla y a darla a los demás. De alguna manera participo en la misión de María, dando a Jesús, dando su Palabra.
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