30 de noviembre
San Andrés
Rm 10, 9-18 Si tus labios profesan que Jesús es el Señor, y tu corazón cree que Dios lo resucitó de entre los muertos, te salvarás
Mis labios y mi corazón quieren creer, Señor. Mis ojos y mi mente quieren reconocerte resucitado, como Salvador. Mis manos quieren estrecharte, mis pies acercarse, mis entrañas albergarte. Todo mi ser, Señor, quiere abrirse a ti. Con todo mi ser quiero estar disponible. Este es mi deseo. Y tu gracia, a pesar de mi incredulidades y cerrazones, me sigue salvando.
2 opiniones en “Labios y corazón”
Comentarios cerrados.
Señor mió y Dios mío creo, adoro y te amo.
Ad que viva, para poder fundirme en ti, y creerlo.
En el atardecer de mi alborada
Te espero placida, y enamorada
Ansió tu regreso ¡esperanzada!
He buscado en el vergel de tu mirada
Y las flores me han dado tu semblanza.
Mis labios profesan que Jesús es el Señor. Mi corazón le ama y adora. Mis labios le proclaman como el Resucitado.
Creo en ti, Señor, pero aumentame la fe. Creo en ti, Señor, ayúdame a anidarte en mi corazón, en mis manos, en mis ojos, en mi mente. Creo en ti, Señor, ayudame a transmitirlo a los demás para que todos te conozcan y reconozcan como el Señor, como el Hijo de Dios.